¿Qué es?

"Granos de uva en el paladar" es un espectáculo teatral que enlaza tres historias desarrolladas a partir de tres cuentos de Susana Hornos.

La historia comienza poco antes de la Segunda República española y termina en la actualidad. A través de ella mostramos el sin sentido de la guerra, la dictadura y la injusticia del olvido a través de unos personajes que nunca aparecerán en los libros de Historia. Les entregamos un escenario en gratitud a su callado coraje que nos empuja hoy a estar aquí.

Universalidad

Pertenecemos a una generación que nació en democracia, pero eso no nos impidió querer saber más: muy a menudo la contestación era "¿pa' qué remover?", no sólo por nuestros mayores sino, tristemente, por algunos de nuestros coetáneos. Ante la negación: búsqueda de respuestas.

En toda tierra fértil se rastrilla para remover las malezas, para evitar que la mala hierba crezca de nuevo. Si queremos que el suelo siga dando frutos, debemos evitar el miedo a reivindicar la Memoria.

Con nuestra llegada a Argentina, nos percatamos de que la obstinación por ocultar no pertenece a una frontera, sino al género humano; por fortuna, el mismo anhelo (incluso mayor) reside en aquellos que necesitan rastrillar su propia historia.

¿Por qué Granos de uva en el paladar?

"Cuando yo me muera tengo ya dispuesto
en el testamento que me han de enterrar
en una bodega, dentro de una cuba
con un grano de uva en el paladar"
Cancionero popular.

El ser humano es consciente de su finitud y hasta el Cancionero Popular tararea el deseo de morir como uno quisiera. 
Nuestros protagonistas no tuvieron la oportunidad de elegir su muerte... ni su vida.

Susana Hornos y Zaida Rico.


Tres historias que son  una:

           CHUSAEn 1932 España promulgó la Ley del divorcio. Tras la guerra civil,  el franquismo la abolió. ¿Qué ocurrió con aquellos que se divorciaron y rearmaron sus vidas, pero volvieron a ser matrimonio siete años más tarde? Este cuento comienza con el retorno del marido de Chusa a casa: el marido que dejó de serlo por decisión propia y regresó también por su voluntad. En el medio quedó Chusa, testigo ausente de una guerra. Ella no pudo entender cuando él la dejó. Ahora tampoco sabe cómo enfrentarse a su vuelta.  
            ADELINA:  Su marido la convirtió en una mujer sin modales, al menos ella lo recuerda así. El fue fusilado por colgar en lo alto del campanario la bandera republicana. Adelina es ahora cocinera de un centro de reclusión de mujeres,  aun sin modales, ha sabido elegir el camino de Dios, las monjas la adoran, Adelina no le perdona a su marido por donde la llevó esos años de perdición. Ahora cocina feliz en aquella cárcel. Un día un teniente la manda fusilar. Nadie entiende. Solo  el teniente y la cocinera. Hay formas de lucha que pueden servirse en el plato de una mesa.
            MIGUEL:  Las guerras dejan muertos en el camino que mejor ignorar. No son enterrados, no se sabe a ciencia cierta donde están, hay familiares que reclaman sus cuerpos pero la sociedad cree que ir hacia adelante es dejar todo atrás. Un día Miguel decide salir de la tierra solo. Recorre su pueblo y sus gentes sin que nadie lo vea, para algo es un fantasma. No sabe por qué tardó tanto en salir de la fosa, pero lo hizó y ahora deberá saber por que está de nuevo ahí, mientras, todo está tan cambiado...